Haunted by poems beginning with I
seek out those whom I love who are deaf
to whatever does not destroy
or curse the old ways that did not serve us
while history falters and our poets are dying
choked into silence by icy distinction
death rattles blind curses
and I hear even my own voice becoming
a pale strident whisper
At night sleep locks me into an echoless coffin
sometimes at noon I dream
there is nothing to fear
now standing up in the light of my father sun
without shadow
I speak without concern for the accusations
that I am too much or too little woman
that I am too Black or too white
or too much myself
and through my lips come the voices
of the ghosts of our ancestors
living and moving among us.
Hear my heart's voice as it darkens
pulling old rhythms out of the earth
that will receive this piece of me
and a piece of each one of you
when our part in history quickens again
and is over:
Hear
the old ways are going away
and coming back pretending change
masked as denunciation and lament
masked as a choice
between an eager mirror that blurs and distorts us
in easy definitions until our image
shatters along its fault
or the other half of that choice
speaking to our hidden fears with a promise
our eyes need not seek any truer shape—
a face at high noon particular and unadorned—
for we have learned to fear
the light from clear water might destroy us
with reflected emptiness or a face without tongue
with no love or with terrible penalties
for any difference
and even as I speak remembered pain is moving
shadows over my face, my own voice fades and
my brothers and sisters are leaving;
Yet when I was a child
whatever my mother thought would mean survival
made her try to beat me whiter every day
and even now the color of her bleached ambition
still forks throughout my words
but I survived
and didn't I survive confirmed
to teach my children where her errors lay
etched across their faces between the kisses
that she pinned me with asleep
and my mother beating me
as white as snow melts in the sunlight
loving me into her bloods black bone—
the home of all her secret hopes and fears
and my dead father whose great hands
weakened in my judgment
whose image broke inside of me
beneath the weight of failure
helps me to know who I am not
weak or mistaken
my father loved me alive
to grow and hate him
and now his grave voice joins hers
within my words rising and falling
are my sisters and brothers listening?
The children remain
like blades of grass over the earth and
all the children are singing
louder than mourning
all their different voices
sound like a raucous question
they do not fear empty mirrors
they have seen their faces defined in a hydrant's puddle
before the rainbows of oil obscured them.
The time of lamentation and curses is passing.
My mother survives
through more than chance or token.
Although she will read what I write
with embarrassment or anger
and a small understanding
my children do not need to relive my past
in strength nor in confusion
nor care that their holy fires
may destroy
more than my failures.
Somewhere in the landscape past noon
I shall leave a dark print of the me that I am
and who I am not
etched in a shadow
of angry and remembered loving
and their ghosts will move
whispering through them
with me none the wiser
for they will have buried me
either in shame
or in peace.
And the grasses will still be
Singing.
Audre Lorde, November 1971
*
PRÓLOGOAtormentada por poemas que empiezan con Yo
salgo en busca de aquellos que amo que están sordos
a lo que quiera que no destruya
o maldicen las viejas costumbres que no nos sirvieron
mientras la historia flaquea y nuestros poetas se mueren
ahogados en el silencio por gélidas distinciones
la muerte agita maldiciones ciegas
y oigo incluso mi propia voz volviéndose
un pálido y estridente susurro
De noche el sueño me encierra en un ataúd sin eco
a veces a mediodía sueño
que no hay nada que temer
y ahora en pie y a la luz del sol de mi padre
sin sombra
digo sin preocuparme por las acusaciones
que soy demasiado o demasiado poco mujer
que soy demasiado Negra o demasiado blanca
o demasiado yo misma
y a través de mis labios salen las voces
de los fantasmas de nuestros ancestros
que viven y caminan entre nosotros.
Oíd cómo se oscurece la voz de mi corazón
sacando viejos ritmos de la tierra
que recibirá este pedazo de mí
y un pedazo de cada uno de vosotros
cuando nuestra parte en la historia se avive de nuevo
y acabe:
Oíd
las viejas costumbres desaparecen
y vuelven disfrazadas de cambio
con la máscara de la denuncia y el lamento
con la máscara de la elección
entre un impaciente espejo que nos desdibuja y distorsiona
en definiciones fáciles hasta que nuestra imagen
se raja por su falla
o la otra mitad de esa elección
que hace promesas a nuestros miedos ocultos
nuestros ojos no necesitan una forma más verdadera—
un rostro en luna llena particular y sin adornar—
pues hemos aprendido a temer
que la luz del agua clara puede destruirnos
con el reflejo del vacío o con un rostro sin lengua
con falta de amor o con terribles castigos
por cualquier diferencia
e incluso mientras hablo aflora el dolor recordado
sombras sobre mi rostro, mi propia voz se apaga y
mis hermanos y hermanas se marchan;
Pero cuando era niña
lo que mi madre pensara que significaba supervivencia
la hacía intentar blanquearme a golpes cada día
e incluso ahora el color de su decolorada ambición
aún atraviesa mis palabras
pero sobreviví
vaya que si sobreviví determinada
a enseñar a mis hijos dónde yacen sus errores
grabados en sus rostros entre los besos
con los que ella me sujetaba dormida
y las bofetadas de mi madre
blancas como la nieve se derriten al sol
con el amor de sus negras entrañas—
el hogar de todas sus esperanzas y miedos secretos
y mi padre muerto cuyas enormes manos
menguaban a mi juicio
cuya imagen se rompió dentro de mí
bajo el peso del fracaso
me ayuda a saber quién no soy
menguado o equivocado
mi padre me amó vivo
para que yo creciera y lo odiara
que hace promesas a nuestros miedos ocultos
nuestros ojos no necesitan una forma más verdadera—
un rostro en luna llena particular y sin adornar—
pues hemos aprendido a temer
que la luz del agua clara puede destruirnos
con el reflejo del vacío o con un rostro sin lengua
con falta de amor o con terribles castigos
por cualquier diferencia
e incluso mientras hablo aflora el dolor recordado
sombras sobre mi rostro, mi propia voz se apaga y
mis hermanos y hermanas se marchan;
Pero cuando era niña
lo que mi madre pensara que significaba supervivencia
la hacía intentar blanquearme a golpes cada día
e incluso ahora el color de su decolorada ambición
aún atraviesa mis palabras
pero sobreviví
vaya que si sobreviví determinada
a enseñar a mis hijos dónde yacen sus errores
grabados en sus rostros entre los besos
con los que ella me sujetaba dormida
y las bofetadas de mi madre
blancas como la nieve se derriten al sol
con el amor de sus negras entrañas—
el hogar de todas sus esperanzas y miedos secretos
y mi padre muerto cuyas enormes manos
menguaban a mi juicio
cuya imagen se rompió dentro de mí
bajo el peso del fracaso
me ayuda a saber quién no soy
menguado o equivocado
mi padre me amó vivo
para que yo creciera y lo odiara
y ahora su voz de ultratumba se une a la de ella
dentro de mis palabras alzándose y cayendo
¿me escuchan mis hermanas y hermanos?
Los niños permanecen
como briznas de hierba sobre la tierra y
todos los niños cantan
más alto que el duelo
todas sus diferentes voces
suenan cual estridente pregunta
ellos no temen los espejos vacíos
han visto sus rostros definidos en el charco de una boca de riego
antes de que los arcoíris de petróleo los oscurecieran.
El tiempo de elegías y maldiciones está pasando.
Mi madre sobrevive
gracias a más que oportunidad o prenda.
Aunque leerá lo que escribo
con bochorno o rabia
y una pizca de comprensión
mis hijos no tienen que desahogar mi pasado
en fuerza o en confusión
ni temer que sus fuegos sagrados
puedan destruir
más que mis fracasos.
En algún lugar del paisaje tras el mediodía
dejaré una oscura huella del yo que soy
y de quien no soy
grabados en una sombra
de iracundo y recordado amor
y sus fantasmas caminarán
susurrando a través de ellos
conmigo no más sabia
pues me habrán enterrado
en vergüenza
o en paz.
Y la hierba seguirá
Cantando.
dentro de mis palabras alzándose y cayendo
¿me escuchan mis hermanas y hermanos?
Los niños permanecen
como briznas de hierba sobre la tierra y
todos los niños cantan
más alto que el duelo
todas sus diferentes voces
suenan cual estridente pregunta
ellos no temen los espejos vacíos
han visto sus rostros definidos en el charco de una boca de riego
antes de que los arcoíris de petróleo los oscurecieran.
El tiempo de elegías y maldiciones está pasando.
Mi madre sobrevive
gracias a más que oportunidad o prenda.
Aunque leerá lo que escribo
con bochorno o rabia
y una pizca de comprensión
mis hijos no tienen que desahogar mi pasado
en fuerza o en confusión
ni temer que sus fuegos sagrados
puedan destruir
más que mis fracasos.
En algún lugar del paisaje tras el mediodía
dejaré una oscura huella del yo que soy
y de quien no soy
grabados en una sombra
de iracundo y recordado amor
y sus fantasmas caminarán
susurrando a través de ellos
conmigo no más sabia
pues me habrán enterrado
en vergüenza
o en paz.
Y la hierba seguirá
Cantando.
traducción de Torres Ruiz