Am I to be cursed forever with becoming
somebody else on the way to myself?
Walking backwards I fall into summers
behind me salt with wanting
lovers or friends a job wider shoes
a cool drink something to bite into freshness
a place to hide out of the rain
out of the shifting melange of seasons
where cruel boys i chased
and their skinny dodgeball sisters
flamed and died in becoming
the brown autumn
left in search of who tore the streamers down
at graduation christmas my wedding day
and as winter wore out the babies came
angry effort and reward
in their appointed seasons
my babies tore out of me
like poems after
I slept and woke
promise had come again
this time more sure than the dream of being
sweet sixteen and somebody else
walking five miles through the august city
with a free dog hoping
now we could be the allamerican family
we had just gotten a telephone
and the next day my sister cut his leash
on Broadway
That dog of my childhood bays at the new moon
as I reach into time up to my elbows
extracting the taste and sharp smell
of my first lover's neck
rough as the skin of a brown pear ripening
I was so terribly sure
I would come forever to April
with my first love who died on a Sunday morning
poisoned and wondering
was summer ever coming.
As I face the ocean of seasons
they separate
into distinct and particular faces
listening to a cover begin to crack open
whether or not the fruit is worth waiting
thistles and arrows and apples are blooming
individual beautiful faces smiling moving
even the pavement begins to flow
into new concretions
the eighth day is coming
I have paid dearly in time for love
I hoarded unseen
summer goes into my words
and comes out reason.
Audre Lorde, 1969
*
CAMBIO DE ESTACIÓN¿He de estar eternamente condenada a convertirme
en otra persona camino de mí misma?
Caminando de espaldas caigo en veranos
tras de mí salados de la falta de
amantes o amigos un trabajo zapatos más anchos
una bebida fría algo que echarme a la boca frescura
un lugar donde guarecerme de la lluvia
de la cambiante mezcla de estaciones
donde niños crueles que me gustaban
y sus flacas hermanas de balón prisionero
ardían y morían para convertirse
en el moreno otoño
a la busca de quien arrancó los banderines
en la graduación la navidad el día de mi boda
y al final del invierno llegaron los bebés
furioso esfuerzo y recompensa
y en sus debidas estaciones
mis bebés se desgajaron de mí
cual poemas y después
de dormir y despertar
la promesa había vuelto
esta vez más segura que el sueño de ser
adolescente y otra persona
recorriendo cinco millas de la augusta ciudad
con un perro libre esperando
que pudiéramos ser la típica familia americana
nos compramos un teléfono
y al día siguiente mi hermana lo desató
en Broadway
Aquel perro de mi infancia aúlla a la luna llena
mientras meto las manos en el tiempo
y extraigo el sabor y fuerte olor
del cuello de mi primer amante
rugoso como la piel de una pera morena madura
estaba terriblemente segura
de que llegaría para siempre a abril
con mi primer amor que murió un domingo por la mañana
envenenado y preguntándose
si el verano llegaría algún día.
Me detengo ante el mar de estaciones
y se separan
en rostros distintos y particulares
escucho cómo empiezan a rajarse las cáscaras
merezca el fruto la espera o no
cardos y flechas y manzanas florecen
bellos rostros individuales sonríen se mueven
hasta el suelo comienza a fluir
hacia nuevas concreciones
el octavo día se acerca
he pagado con tiempo de sobra el amor
que atesoré desapercibido
el verano cala en mis palabras
y sale la razón.
traducción de Torres Ruiz