Black Studies

BLACK STUDIES

I

A chill wind sweeps the high places.
On the ground     bearers of wood
carved in the image of old and mistaken gods
labor in search of weapons against blind dancers
who balance great dolls on their shoulders
scrambling over the same earth
searching for food.

In a room on the 17th floor
my spirit is choosing
I am afraid of speaking     the truth
in a room on the 17th floor
my body is dreaming     it sits
bottom pinned to a table
eating perpetual watermelon
inside my own head
young girls assault my door with curse rags
stiff from their mothers old secrets
covering up their new promise
with old desires no longer their need
old satisfactions never enjoyed
outside my door they are waiting
with questions that feel like judgments
when they go unanswered.

The palms of my hands
have black marks running across them.
So are signed makers of myth
sworn through our blood
to give     legends
the children will come to understand
to speak out living words like this poem
knitting truth into fable
to leave my story behind
though I fall through cold wind condemned
to nursing old gods for a new heart
debtless     without color
while my flesh is covered by mouths
whose din keep my real wants secret.

II

I do not want to lie. I have loved other
young women deep into their color
who now crawl over bleached earth
bent into questionmarks     ending a sentence
of men     who pretend to be brave.

I am afraid
the mouths I feed will turn against me
will refuse to swallow in the silence
I am warning them to avoid
I am afraid
they will kernel me out like a walnut
extract the nourishing seed
as my husk stains their lips
the mixed colors of my pain.

While I sit choosing the voice
in which my children hear
my prayers     above the wind
I am afraid
they will follow these black roads
out of my hands     unencumbered
by guilty secrets     remembered sorrows
use legend to shape their own language
make it ruler     measuring the distance
between my hungers and their purpose.
I am afraid
They will discard my most ancient nightmares
where fallen gods become demon
instead of dust.

III

Just before light     devils woke me
trampling my flesh into fruit
that would burst in the sun
until I came to despise every evening
fearing strange gods at the fall of each night
and when my mother punished me
by sending me to bed without my prayers
I had no names for darkness.

I do not know whose words protect me
whose tales or tears prepared me
for this trial on the 17th floor
I do not know whose legends blew
through my mother's furies
but they fell through my sleeping lips
like the juice of forbidden melons
little black seeds sown through my heart
like closed and waiting eyes.

Although demons rode me
I rose up a child of morning
and deep roads sprouted across the palms
of my hidden fists     dark and growing.

IV

Chill winds swirl through these high places.
It is a time when the bearer of hard news
is destroyed for the message
when it is heard.
A. B. is a poet who says our people
fear our own beauty
has not made us hard enough
to survive victory
but he too has written his children
upon women     I hope with love.

I bear mine alone
in the mouth of the enemy
upon a desk on the 17th floor
swept bare by cold winds
bright as neon.

V

Their demon father rode me
just before daylight
before he could touch the palms
of my hands
to devour my children
I learned his tongue
I ate him and left his bones
mute in the noon sun.

Now all the words of my legend
come garbled     except anguish.
Visions of chitterlings I never ate
strangle me in a nightmare of leaders
at crowded meetings to study the problem
I move awkward and ladylike
through four centuries of unused bathtubs
that never smile
not even an apologetic grin
I worry on nationalist holidays
make a fetish of lateness
with limp unbelieved excuses
shun the use of pronouns
as an indirect assault
what skin I have left     unbetrayed
by scouring     uncovered by mouths
that shriek     but do not speak
real want     glistens and twinkles
blinding all beholders
"But I just washed them, Mommy!"

Only the black marks     itch and flutter
shredding my words and wherever they fall
earth springs up denials     I pay for
only the dark roads over my palms
wait for my voice to follow.

VI

The chill wind is beating down
from the high places.
Students wait outside my door
searching     condemning     listening
for what I am sworn to tell them
what they least want to hear
clogging the only exit from the 17th floor
begging in their garbled language
beyond judgment or understanding
"Oh speak to us now     mother     for soon
we will not need you     only your memory
teaching us question."

Stepping into my self
I open the door
and leap groundward     wondering
what shall they carve for weapons
what shall they grow for food?

Audre Lorde, 1973

*
ESTUDIOS NEGROS

I

Un viento frío barre los templos.
En el suelo     portadores de madera
tallados a imagen de dioses viejos y equivocados
trabajan en busca de armas contra bailarines ciegos
que equilibran muñecos sobre los hombros
gateando sobre la misma tierra
en busca de comida.

En una habitación de la 17ª planta
mi alma está eligiendo
me da miedo decir     la verdad
en una habitación de la 17ª planta
mi cuerpo está soñando     se sienta
el culo clavado a la silla
comiendo perpetua sandía
en mi propia cabeza
niñas asaltan mi puerta con harapos de regla
tiesos de los viejos secretos de sus madres
que cubren su nueva promesa
con viejos deseos que ya no son necesidad
viejas satisfacciones nunca disfrutadas
detrás de mi puerta esperan
con preguntas que suenan a juicios
cuando nadie las responde.


Las palmas de mis manos
están cruzadas de marcas negras.
Son las firmas de creadores de mito
jurados sobre nuestra sangre
para dar     leyendas
que los niños acabarán entendiendo
para pronunciar palabras vivas como este poema
tricotando verdad en fábula
para dejar mi historia atrás
aunque yo caiga en frío viento condenada
a cuidar de viejos dioses por un nuevo corazón
sin deuda     sin color
mientras mi carne se cubre de bocas
cuyo alboroto mantiene mis anhelos en secreto.

II

No quiero mentir. He amado a otras
muchachas en lo más hondo de su color
que ahora gatean sobre tierra blanqueada
dobladas en interrogaciones     al final de oraciones
de hombres     que fingen ser valientes.

Me da miedo
que las bocas que alimento se vuelvan contra mí
que se nieguen a tragar en el silencio
que les advierto que eviten
me da miedo
que me vacíen como una nuez
que extraigan la nutritiva semilla
mientras mi cáscara mancha sus labios
de los mestizos colores de mi dolor.

Mientras sentada elijo la voz
en la que mis hijos oyen
mis rezos     sobre el viento
me da miedo
que siguiendo estos negros caminos
dejen mis manos     librados de equipaje
por culpas secretas     penas recordadas
que usen leyenda para inventar su propia lengua
que la hagan regla     midiendo la distancia
entre mis ansias y su propósito.
Me da miedo
que desechen mis antiquísimas pesadillas
donde dioses caídos se vuelven demonio
en lugar de polvo.

III

Justo antes del alba     me despertaban
demonios pisando mi carne cual fruta
que se rajaba al calor del sol
hasta que acabé despreciando cada tarde
temiendo a dioses extraños al caer de cada noche
y cuando mi madre me castigaba
mandándome a la cama sin mis rezos
la oscuridad no tenía nombre.

No sé qué palabras me protegen
qué cuentos o lágrimas me prepararon
para este juicio en la 17ª planta
no sé qué leyendas se oían
en las furias de mi madre
pero entraron por mis labios durmientes
como el jugo de melones prohibidos
semillitas negras plantadas en mi corazón
cual ojos que cerrados esperan.

Aunque demonios se ensañaran conmigo
yo me alzaba hija de la mañana
y hondos caminos brotaban en las palmas
de mis puños escondidos     que oscuros crecían.

IV

Vientos fríos se arremolinan en estos templos.
Hoy en día el portador de noticias duras
es destruido por el mensaje
tras ser oído.
A. B. es un poeta que dice que nuestra gente
teme que nuestra propia belleza
no nos haya hecho lo bastante fuertes
para sobrevivir a la victoria
pero él también ha escrito a sus hijos
sobre mujeres     espero que con amor.

Yo crío a los míos sola
en la boca del enemigo
sobre un escritorio de la 17ª planta
barrido por vientos fríos
brillante cual neón.

V

Su padre demonio se ensañaba conmigo
justo antes del alba
antes de que él tocara las palmas
de mis manos
para devorar a mis hijos
aprendí su lengua
me lo comí y dejé sus huesos
mudos al sol de mediodía.

Ahora todas las palabras de mi leyenda
salen cifradas     salvo la angustia.
Visiones de asaduras que nunca he comido
me estrangulan en pesadillas con líderes
de concurridas reuniones para estudiar el problema
torpe y femenina recorro
cuatro siglos de bañeras sin usar
que nunca sonríen
ni siquiera por cortesía
me preocupo en fiestas nacionalistas
hago un fetiche de la tardanza
con excusas poco convincentes
evito el uso de pronombres
como un asalto indirecto
qué piel he dejado     sin traicionar
por un frotado     sin cubrir por bocas
que chillan     pero no hablan
la verdadera necesidad     reluce y centellea
cegando a todos los testigos
"¡Pero si acabo de limpiarme, Mamá!"

Sólo las marcas negras     pican y palpitan
desmenuzando mis palabras y allí donde caen
del suelo brotan noes     por los que pago
sólo los negros caminos de mis palmas
esperan a que mi voz los siga.

VI

El viento frío está azotando
desde los templos.
Estudiantes aguardan detrás de mi puerta
buscando     condenando     escuchando
lo que he jurado contarles
lo que menos quieren oír
taponando la única salida de la 17ª planta
suplicando en su lengua cifrada
más allá del juicio o la comprensión
"Oh háblanos ahora     madre     pues pronto
no te necesitaremos      sino sólo tu recuerdo
enseñándonos a dudar."

Entrando a mí misma
abro la puerta
y salto al suelo     preguntándome
¿qué tallarán para defenderse
qué sembrarán para comer?

traducción de Torres Ruiz